Como complemento, el abanico que
inicialmente se asociaba indistintamente a hombres y mujeres, pasa a ser
complemento femenino a partir del siglo XX.
Originario de China fue adoptado
por diferentes civilizaciones como la griega o la romana tanto para uso
doméstico como para ceremonial. El abanico llega a Europa traído por
comerciantes portugueses que provenían de oriente donde se popularizó.
No llega a España hasta el sigo
XVIII, pero la fabricación en este país llega a convertirse en competidores de
italianos y franceses. En este siglo se crea el gremio de abaniqueros y a
principios del siglo XIX la Real Fábrica de Abanicos.
Pero el abanico no tiene
únicamente la función de darse aire y va más allá, también es usado para
comunicarse mediante un lenguaje de signos utilizado entre otras cosas para
afirmar, negar, pedirle a alguien que nos siga o que nos espera fuera.
El verano es una época fantástica
para lucir preciosos abanicos, así que en el artículo del semanario de
actualidad flamenca de La guia de flamenco queremos mostraros algunos de estos
gestos:
- Abanicarse rápidamente: Te amo con intensidad.
- Abanicarse lentamente o abrir y cerrar muy despacio: me eres indiferente.
- Cerrar despacio o apoyarlo sobre la mejilla derecha: Sí.
- Cerrar rápido o apoyar sobre la mejilla izquierda: No.
- Abrir y cerrar rápidamente: estoy comprometida.
- Dejar caer el abanico: te pertenezco.
- Levantar los cabellos: pienso en ti.
- Contar varillas: quiero hablar contigo.
- Cubrirse del sol: no me gustas.
- Sujetar con las dos manos: es mejor que me olvides.
- Cubrirse los ojos con el abanico abierto: te quiero.
- Cubrirse el rostro: nos vigilan.
- Pasarlo por los ojos: lo siento.
- Cerrar el abanico tocándose los ojos: ¿cuando te puedo ver?.
- Abrir el abanico y mostrarlo: ¿puedes esperarme?.
- Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios: puedes besarme.
- Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones: desconfianza.
- Pasarlo por la mejilla: estoy casada.
- Llevarlo en la mano izquierda: deseo conocerte.
- Llevarlo o moverlo con la mano derecha: amo a otro.
- Pasarlo de una mano a otra: eres un atrevido.
- Tocar la palma de la mano: estoy pensando si te quiero.
Estos son sólo algunos de los
signos reconocidos como lenguaje de los abanicos. Ahora solo os hace falta un abanico e
importante, alguien que también conozca este lenguaje.
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