Pretendía hacer de este pequeño artículo una especie de guía sobre qué características buscar a la hora de elegir una guitarra. Sin embargo, me ha sido imposible. Siempre se dice que “para gustos, colores” y el mundo de la música no iba a ser menos. Y es que cada guitarrista, luthier o simplemente, cada aficionado, puede gustarle sonidos y caracteres completamente opuestos. Pero intentémoslo comentando algunos aspectos importantes.
Por ejemplo, podemos hablar de comodidad. Comodidad en ambas manos al tocar en la que influye, entre otras cosas, una adecuada distancia entre cuerdas y tapa armónica y, aun más importante, entre las cuerdas y los trastes y que estos últimos no estén excesivamente altos. Pero todo tiene sus pros y sus contras. A menor distancia entre cuerdas y tapa o trastes, mayor velocidad y facilidad de ejecución, pero al mismo tiempo, menor potencia sonora. Por eso, todo reside en encontrar la manera de equilibrar todos los conceptos para lograr un buen sonido. Aunque en esto del sonido, de nuevo, volvemos a encontrarnos diferentes gustos.
Sin embargo, podemos decir a ciencia cierta que, en una guitarra flamenca es fundamental un sonido que tenga cuerpo y fuerza. Los tiples deben brillar para contrarrestar a unos bajos profundos. Para conseguir estas cualidades tenemos que apelar a la unión de varios elementos como son unas maderas de calidad, una buena construcción interior y, especialmente, una buena caja armónica. Vayamos por partes. La madera que se viene utilizando tradicionalmente en el flamenco es el ciprés, que consigue un sonido seco y ronco muy característico. Sin embargo, el palosanto da una mayor resonancia y amplitud. Lo ideal sería articular ambas características y eso se logra uniendo una madera bien curada y con densidad a una buena caja. Escribiendo esta reseña pedí consejo a un guitarrista flamenco que, sin dudarlo, afirmó que “la tapa era un 90%” de la guitarra. Creo que eso basta para mostrar la importancia fundamental de esta parte del instrumento y la necesidad de encontrar en nuestra guitarra una cuidada construcción de la misma. Por supuesto se puede buscar un sonido más o menos áspero, con mayor o menor trasteo, pero considero fundamental un sonido con cuerpo y fuerza.
La guitarra flamenca es un instrumento muy particular, que requiere de una gran cantidad de detalles para conformar un todo genuinamente flamenco. Como constructor en mis guitarras busco un sonido que hable por sí mismo y que, por esa misma razón, haga callar a los que lo rodean. Un sonido que envuelva a los bailaores y se acople al basto golpe de las palmas que acompañan al canto.
Agradezco su colaboración a Josele de la Rosa, por su paciencia y sabiduría.
Guitarras artesanas De la Rosa.
Artículo publicado en colaboración entre Guitarras artesanas De la Rosa y La guia de flamenco.